Para empezar podemos definir que un riesgo será toda probabilidad de que una actividad o evento genere impacto adverso en la operación y/o constitución organizacional de la empresa en particular, o específicamente en la dependencia o proceso que se analiza en un momento determinado.
Ahora que sabemos qué es un riesgo a partir de esta definición usted deberá tener en cuenta lo siguiente para saber cómo actuar ante ellos.
- El riesgo es inherente a todo tipo de organización, independientemente de su tamaño, de la actividad que gestione o de su estructura.
- Un riesgo que se materializa puede afectar gravemente la supervivencia de la empresa, sus habilidades para competir en el mercado, la estructura financiera y la imagen que proyecta al público en general (proveedores, clientes, etc.).
- El proceso de identificación de riesgos requiere de realización en tiempo real y de forma interactiva, buscando desde los riesgos organizacionales generales hasta los que influyen específicamente en una actividad.
- Una vez identificados los riesgos a los que se enfrenta la entidad, tanto a nivel global como específico (por actividad), es necesario realizar una evaluación detallada de su estado; el proceso de evaluación busca en términos generales cuantificar los efectos derivados del posible problema.
- Determinación del impacto del riesgo sobre el área en que recae.
- Estimación de la frecuencia posible de ocurrencia del riesgo.
- Estudio de posibles soluciones administrativas para la gestión del riesgo, es decir la determinación de las acciones a ejecutar para la reducción o control de la situación riesgosa.
- Superar la situación riesgosa requiere la toma de decisiones oportunas, lo cual debe hacerse sobre la marcha operacional, en el día a día y teniendo siempre presente que no en todos los casos es posible eliminar totalmente el riesgo; habrá ocasiones en las que tan solo se podrá disminuir la posibilidad de ocurrencia –lo cual se convierte en una eliminación virtual del riesgo– o contrarrestar su efecto, si es que ocurre.
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